Marcela Ricca, precandidata del partido Nuevo MAS, adelantó que de ser electa pondrá su banca a disposición de la comunidad para atender problemas como la falta de trabajo y vivienda.
La lista de este partido es la 255. Ricca pidió el voto de la gente para llegar al piso del 1,5 por ciento de los sufragios para poder participar en las elecciones.
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-¿Cómo analiza los conflictos laborales que se están dando al mismo tiempo que la campaña electoral?
-Desde el Nuevo MAS, lo que registramos es que hay un gran descontento en todos los sectores: Salud, Ferroviarios, estatales, en Ingredion se está cerrando un acuerdo, hubo conflicto en Don Yeyo. De lo que tanto el Gobierno como la oposición no quieren hablar es un gran problema, porque los salarios son bajísimos, casi a la altura de la línea de la pobreza. Hay una realidad actual que es que los trabajos son de precarización. Hay tercerización, agencias de contratación donde los trabajadores cobran un tercio de lo que ganarían si estuvieran bajo un convenio colectivo de trabajo, hay monotributistas tanto en lo privado como en el Estado sabiendo que está prohibido. No se cumple con el pase a planta permanente de todos aquellos trabajadores que están durante más de un año en la planta temporaria. Yo soy trabajadora estatal municipal, profesora de la Escuela de Actividades Culturales,y delegada de ATE. Lo que hablamos con las compañeras y compañeros es que nuestros sueldos no alcanzan, que estamos en menos de un 50 por ciento del precio de la canasta familiar si tener la necesidad de alquilar, si no, estaríamos bastante más abajo.
-¿Qué le pueden aportar ustedes al Concejo Deliberante?
-Yo pongo mí banca al servicio de las y los de abajo, para hablar de todo lo anterior, para hacer nuestras propuestas, y fundamentar cómo se pueden cumplir. Tenemos varios puntos. El primero, un salario básico inicial de 100 mil pesos actualizado por indexación; pase a planta permanente de todos los trabajadores del estado para cumplir con la ley 14656 porque le decimos no a la precarización laboral. También consideramos que el crecimiento demográfico de Chacabuco lleva a que el hospital tenga que ser de alta complejidad por eso gestionaríamos para llevarlo a cabo exigiendo que se triplique el presupuesto para Salud, no sólo para infraestructura sino también para salarios. En todo este año y medio que llevamos de pandemia los compañeros de Salud vienen cargando sobre los hombros la lucha contra el coronavirus con salarios de pobreza. Por otro lado,en la actualidad la ecología es un tema acuciante en el mundo. Nosotros proponemos un cinturón de quintas para la producción agroecológica donde se haga un control férreo de los límites a la fumigación de 2000 metros a su alrededor. También exigiriamos presupuesto real para combatir todas las violencias contra las mujeres que se verifique en viviendas y trabajo digno para que las mujeres y sus hijos puedan cortar con el círculo de violencia contra sus agresores. Como último punto, teniendo en cuenta que la franja más afectada por el desempleo, proponemos obra pública con construcción de viviendas accesibles para la clase trabajadora.
-¿El Municipio no tiene políticas para esos temas?
-Son carteles que saca a relucir cada tanto el gobierno de Aiola. En agroecología, no propondremos repartir semillas para que las familias de manera aleatoria en quintas tengan su rúcula, acelga, lechuga o tomate. Nosotros hablamos de un cinturón que rodee toda la ciudad, cuya producción genere puestos de trabajo, que aporte a la ciudad aire puro, que tenga que ver con alejar del casco urbano la fumigación. Si bien hay una ordenanza que habla de prácticas responsables, sabemos que la fumigación se está realizando en la puerta de los colegios,cerca de la gente que vive en el campo. Lo que nos dicen los productores agroecológicos es que están teniendo una importante deriva contando el viento que estamos padeciendo producto del calentamiento global. Por otro lado, en cuanto a la violencia de género, la Mesa local se viene reuniendo desde hace 10 años y la única conclusión a la que llega es que no hay presupuesto para ampliar las pocas o inexistentes medidas que están llevando. Lo que pusimos es que no puede ser que esa sea la única conclusión. Hay que exigir que haya presupuesto y apuntar a que las mujeres víctimas de violencia puedan tener su hogar, su vivienda de la cual nadie la puede sacar. Tiene que tener un trabajo para no depender del agresor. Una de las primeras cosas que hacen los violentos es que las mujeres rompan toda conexión con el exterior. El presupuesto tiene que servir para que tengan trabajo y no dependan de qué el violento les dé o no para comer, y tengan que volver con él para que sus hijos no mueran de hambre. Sabemos que el Área de la Mujer tiene un equipo mínimo que no es el que necesita. Debería haber cobertura las 24 horas de los 7 días de la semana, con lo cual necesitamos entre 3 y 4 equipos interdisciplinarios. A su vez, necesitamos políticas de acción en el momento. En Capital Federal, cuando una mujer hace una denuncia de violencia hay un equipo con una asistente social, una abogada, una psicóloga, y van el médico y la policía para actuar en el momento. Eso en Chacabuco qué está sucediendo y tampoco hay en el ejecutivo una postura para salir de la cuestión de pintar un mural o un banco de la plaza, hacer un acto del 25 de noviembre, el 8 de marzo o el 3 de junio. En cuanto a la problemática de la vivienda, sabemos que en este momento debe haber una necesidad de más de 10 mil viviendas. En cuanto a la vivienda que ahora se están construyendo incluso las que se llevan a cabo por el procrear responder más a los intereses inmobiliarios, las posibilidades económicas de la clase media alta, pero no responden a las necesidades de la clase trabajadora y sus hijos. Hoy cuando los jóvenes quieren independizarse ven al tema de la vivienda como un sueño o algo que no va a suceder. Algo que para ellos está muy lejos. Construye aquel que en el fondo de la casa tiene un lugar ampio, o el padre lo puede ayudar. Entonces, el fin de semana trabaja precarizado para comprar 3 ladrillos. Resolver esta situación como un derecho, no está previsto. Por eso podríamos unir la necesidad de trabajo que tiene la juventud con la necesidad de vivienda que tiene la mayoría de la población. O sea, una obra pública real, de acceso posible para la clase trabajadora.
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