A una semana de la sanción.
Sabina Meza, integrante de la ONG las Manitos en los Bolsillos, habló sobre la tarea de garantizar el cumplimiento de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Volver a Chacabuquero.
Meza fue una de las vecinas que pasó la noche en la plaza San Martín el miércoles a la madrugada siguiendo la votación del Senado de la Nación. En un principio reflexionó de lo ocurrido durante los últimos años para llegar a la aprobación.
"Desde el 2018 hasta ahora se avanzó mucho en la temática -dijo-. El común de la gente y los legisladores han tomado en serio el tema, investigado y averiguado. De esta manera encontraron el punto de vista a través del cual podían acompañar esta ley. Y toda quedado la vista en el resultado de la votación. En 2018 la votación fue 38 a 31 en contra del proyecto. Ahora se dio un giro de 38 a 29 por la positiva".
"Escucharon lo que decía la ola verde y leyeron lo que necesitaba la sociedad -agregó-. La realidad es que esta ley de interrupción voluntaria del embarazo lo que hace es poner blanco sobre negro una situación que ya existía y era clandestina. También marcó mucho el cambio que tengamos ministerios como el de Mujeres y de Salud que mostraron las realidades y dieron la posibilidad de tener números de la realidad de las personas que mueren. Al mismo tiempo se pudo ver el negocio que había detrás de todo el aborto clandestino. Es una cuestión económica para médicos que de frente a nosotros son provida y por detrás realizaban este tipo de prácticas".
"El avance del debate también impidió la injerencia de la iglesia en esta cuestión -opinó-. Fue otro de los grandes cambios. Mucha gente pudo delimitar lo que moralmente acompaña en la religión y lo que tiene que ver con la salud pública. La sociedad de maduro mucho y se tomó el tema en serio. es un avance muy grande y tenemos que celebrarlo pero falta un montón".
"Malena Galmarini y su madre Marcela Durrieu opinan que el movimiento que se genera es como una ola que comienza baja pero luego toma fuerza -explicó-. Te tenés que subir porque es la que logra llegar al objetivo. Lo mismo pasó con la ley de paridad de género. Estuvimos pujando hasta que se logró. Esto no significa que con esta ley está todo. Este es el comienzo, un mojón que ponemos para seguir avanzando. Falta un montón. En Estados Unidos hay clínicas preparadas para la interrupción voluntaria del embarazo. En Argentina recién se está comenzando a trabajar en el tema. La ley es como una cáscara. Ya la tenemos. Después hay que empezar a hacer cumplir la ley, llenar los vacíos que tienen muchos lugares".
Meza se refirió a la situación local.
"En el hospital de Chacabuco tenemos una Consejería de salud sexual y reproductiva -comentó-. Ahora hay que incorporar los contenidos de la interrupción voluntaria del embarazo. No depende de la decisión política de la gestión municipal. Hay una ley nacional y desde ese punto tenemos que pararnos para que lleguen a Chacabuco los contenidos de la ley".
La vecina habló de un tema puntual de la ley: "Uno de los temas más discutidos y en torno al cual se construyeron consensos fue el de la objeción de conciencia. La ley dice que la institución de salud no puede ser objetora. Si puede haber médicos en esa posición. En el caso de localidades en las cuales todos los médicos objeten la interrupción voluntaria del embarazo, la institución debe derivar con urgencia a la mujer a lugares donde pueda ser tratada. Yo debe ser en un lapso corto que no puede ser mayor a 10 días".
"El trabajo que tenemos que hacer desde el movimiento feminista en su conjunto es velar por el cumplimiento de la ley -dijo-. La noche de la aprobación hablamos con otras compañeras de armar grupos para realizar guardias para acompañar a las personas. Cuando no se cumpla la ley gestionaremos por varios lados. Va hacer un trabajo colectivo en el que debemos estar todas juntas. Más allá de que seas verde o celeste ahora que hay una ley todos tienen que acompañar. Ojalá podamos entender que lo que se botó es la posibilidad de decidir sobre el propio cuerpo, más allá de que yo no lo haría otra persona sí. La realidad es que no se trata de una cuestión de que haría cada persona en esa situación. El estado tiene que estar presente y dar los recursos que sean necesarios y si no los tiene, ahí está el movimiento feminista para acompañar en el proceso".
"Sabemos que en el Hospital de Chacabuco hay mucha resistencia -reconoció-. Hubo que empujar mucho para que haya una consejería de salud sexual y reproductiva y hasta ahora lo único que hacía era repartir anticonceptivos. Eso tenemos que cambiar. No los tenemos que enojar con el otro por la postura que tiene sino enseñarle y darle los recursos para que pueda decidir y que la aplicación de la ley sea efectiva".
"Cerrar el año no sólo con la aprobación de la ley sino con la presencia en las calles de Chacabuco de un movimiento feminista conformado por jóvenes que realmente creen en él y en que la sociedad tiene que avanzar, indica que hay alguien que está tomando la posta -dijo sobre el final-. Algo se hizo bien para que ellas hayan comprendido lo que estaba pasando y decidieran salir a la calle. Cambia el esquema de lo que es Chacabuco, un pueblo tan conservador".
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