En la plaza San Martín.
Un grupo de organizaciones y vecinos autoconvocados se manifestaron esta tarde en la plaza San Martín contra el acuerdo porcino entre Chacabuco y China.
Estuvieron presentes Conciencia Nativa y Tribuna Ambiental.
Volver a Chacabuquero.
También hubo mensajes contra la fumigación con agroquímicos.
Este es el documento que se presentó:
NO al acuerdo porcino en Chacabuco
Cuando a mediados de año se conoció el memorándum secreto de entendimiento entre Felipe Solá, Canciller Argentino, y el ministro de Comercio de la República Popular China, ZhongShan, para exportar las factorías de cerdo chinas a nuestro país, -que ahora está en stand-by por la enorme movilización popular que se dio en 58 ciudades rechazándolo- el Intendente Aiola rápidamente salió a anotarse para ser receptor de este acuerdo, aún entre sombras, en nuestra ciudad. Esa misma semana hubo una reunión entre Aiola, el Secretario de Producción Julián Ramundo, el Jefe de Gabinete Nerón Chari y Javier Rodríguez, Ministro de Desarrollo Agrario de la Pcia. de Buenos Aires. Al finalizar la misma, Ramundo declaró a un medio local “tenemos que ser parte de este acuerdo. Chacabuco tiene ventajas estratégicas para atender esta producción”.
¿En qué consiste una factoría de cerdos?
Son granjas industriales a gran escala que permiten engordar y faenar enorme cantidad de cerdos en condiciones de hacinamiento y encierro. China, uno de sus principales promotores, necesita sacarse de encima este tipo de producción por las consecuencias desastrosas que generó en su país. Al tener miles de cerdos encerrados en granjas son necesarios millones de litros de agua que se desperdician día a día; es necesario un régimen de antibióticos especiales para que los animales soporten el hacinamiento y que degeneran en enfermedades, virus y cepas perjudiciales para la salud (gripe porcina y la peste africana porcina entre otras); se alimentan con soja transgénica que aumenta la emisión de gases y atenta contra el efecto invernadero; se generan toneladas de desechos y residuos que contaminan napas y suelos; es necesaria la deforestación de cientos de hectáreas para expandir la frontera agropecuaria; y, como si fuera poco, la sobreexplotación y contagio a la que someten a los trabajadores de las factorías, propagadores de enfermedades que aún hoy continúan en ascenso en China.
Estas verdaderas “fábricas de pandemias” intentan ser presentadas como una ventaja productiva cuando en realidad representan formas de explotación netamente destructivas y extractivistas que refuerzan la primarización de la producción del país, acarreando consecuencias ambientales desastrosas, varias de ellas irreparables.
Lo que el Gobierno Nacional presenta como una ventaja comercial que traerá “prosperidad económica” y generará puestos de trabajo y divisas para que el país crezca no es más que una farsa. El objetivo de este acuerdo secreto no es otro que la necesidad de ampliar la caja de dólares que el Gobierno tiene como objetivo central, supervisado por el propio FMI, para cumplir con el pago de los intereses de una deuda externa usuraria y fraudulenta, como lo denunciamos oportunamente desde el movimiento ambientalista. Esta sola motivación recaudatoria se hará a expensas de la depredación ambiental, la contaminación de suelos, el despilfarro de millones de litros de agua, el uso de agroquímicos y sustancias contaminantes, la deforestación y quema de bosques y la propagación de enfermedades a gran escala.
Los problemas ambientales en Chacabuco:
Esta predisposición de Aiola para ofrecernos como terreno experimental para las factorías porcinas no es un capricho ni una novedad. Históricamente, nuestra ciudad ha sido blanco y modelo del uso indiscriminado de agrotóxicos, modificando los suelos, disminuyendo la calidad de los alimentos y afectando directamente a la salud de la población.
Otro de los grandes problemas es de los basurales a cielo abierto, totalmente fuera de control y sin ninguna legislación que los regule; al igual que sucede con los altísimos niveles de arsénico en el agua que consumimos cada día, que se encuentran muy por encima del porcentaje permitido y comprometen la salud de humanos, animales, suelos y plantas.
Por último, es importante mencionar la cuestión del arbolado público y el problema de los estorninos y sus heces en la plaza San Martín y alrededores que lejos está de solucionarse con la poda indiscriminada de árboles, ya que esta desplaza a una cantidad de especies de sus hábitats, que deben buscar nuevos espacios, y por supuesto afecta a la calidad del aire que respiramos.
Es fundamental contar con una legislación con perspectiva ambiental que contemple todas estas cuestiones y sus consecuencias en la vida de quienes habitamos la ciudad. Rechazamos la implementación de las granjas porcinas en Chacabuco y en todo el país, y llamamos a todo el activismo a permanecer movilizados en defensa del ambiente y contra el sistema capitalista depredador.
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