viernes, 9 de octubre de 2020

"El gobierno de los Fernández y Massa de rodillas ante el FMI"


Nota pedida.

Si algo ilustra políticamente la semana es que se haya decidido al mismo tiempo que la delegación del Fondo Monetario Internacional pisaba la Argentina, que no se pagará la cuarta tanda del IFE a los millones de desocupados arrojados a la miseria por la crisis. La decisión condena nada menos que a 9 millones de personas a quedarse sin el ingreso mínimo (menor al de subsistencia, $5000 por mes).



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El Fondo y la crisis: El gobierno se aferra a la perspectiva de un acuerdo con el Fondo como una tabla de salvación frente a una crisis que no tiene freno. Fernández bajó las retenciones a las exportaciones, pero aún así, los exportadores no entregan los dólares, que tienen retenidos a la espera de una próxima devaluación. Las restricciones golpean a la industria, que no se reactiva. La emisión que iba a mover la economía se terminó volcada masivamente al dólar. Ahora, el gobierno comparte con el fondo la perspectiva de equilibrar las cuentas con un mayor ajuste fiscal. Está en carpeta no solamente un nuevo gran zarpazo contra las jubilaciones, sino también un ajuste tarifario de proporciones, así como nuevos golpes contra los salarios de estatales y docentes. De allí que se asusta por el temor a un estallido social. La "contribución solidaria" quedó más que limitada, demostrando ser una maniobra de distracción para pasar el ajuste que se lleva adelante. El gobierno de los Fernández intenta capitanear la crisis y atenuar los choques entre capitalistas. Pero la frazada es corta, y no se puede rescatar a todos. Los dólares se van al agujero negro del pago de la deuda. El gobierno recula en todos los terrenos frente a los intereses de los grupos económicos. Fernández ordenó votar contra Venezuela en materia de derechos humanos después de haberse callado soberanamente la boca respecto de George Floyd, de los asesinatos de carabineros chilenos o de los crímenes de la policía de Duque en Colombia. La progresía calla y agacha la cabeza.

Guernica es Argentina: Los millones que este mes quedarán sin IFE son la verdadera cara del país, igual que los despedidos y suspendidos de la industria y las familias sin techo. La expresión más aguda de este empobrecimiento generalizado son las tomas de tierras. El hambre avanza. Mientras las organizaciones sociales integradas al Estado, no apoyan a los vecinos de Guernica ni se movilizan contra los desalojos. El gobierno de Kicillof entretiene con promesas de “propuestas” mientras no recibe a los delegados y sigue cobijando a la intendenta de los countries que promueve el desalojo y a Berni que lo prepara. El desalojo, por otro lado, fue impedido por la determinación de los sin tierra y la enorme movilización popular, encabezada por el movimiento piquetero independiente, el sindicalismo clasista y la izquierda, contra el desalojo dispuesto judicialmente.

Queda también expuesta la política de entrega de la burocracia sindical, que pacta paritarias a la baja, suspensiones con rebaja salarial y deja pasar despidos, mientras los trabajadores no llegan ni a pagar el alquiler. Ni hablar de una política para la vivienda popular en el movimiento obrero. La burocracia actúa como sostén del gobierno contra las masas. El pacto social opera en los hechos.

Y lo que vale para el movimiento obrero y los desocupados, vale para las mujeres, cuyo reclamo masivo del aborto legal fue nuevamente condenado por los lazos papales del gobierno, sin que se le conozca reacción a las funcionarias del Ministerio de la Mujer.

La gran tarea es poner en pie un frente único para enfrentar todos estos ataques al salario y las condiciones de vida de las masas. La unidad entre ocupados y desocupados, la deliberación en asambleas, el reclamo a los gremios de plenarios de delegados y congresos con mandato de la base para enfrentar la política de ajuste debe ir marcando el camino para sumar fuerzas. Un congreso nacional de lucha por la tierra y la vivienda. Así como una dirección clasista combativa de los sindicatos.

En esta situación de crisis, desde el Frente de Izquierda - Unidad nos posicionamos con un programa, planteamos ser una referencia política y ganar la calle con una alternativa a la política al régimen del Fondo Monetario de peronistas y macristas.  El FIT - Unidad es la única fuerza política en condiciones de desarrollar esta posición. La crisis (que nos han llevado Cristina, luego Macri y ahora Fernández, con un 50% de pobreza actual) la deben pagar los capitalistas y no los trabajadores. Por eso planteamos: Abajo el régimen del hambre y el saqueo de los que gobernaron en las últimas décadas. Por una alternativa obrera y socialista.


Partido Obrero / FIT-U


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1 comentario:

Carlos Andres dijo...

Es 'al gas'... Cuando no te da para entender, no te da.