Cuarentena.
En apenas un mes la media de casos diarios de coronavirus declarados en el interior bonaerense se multiplicó casi por 3: pasó de 158 a 425, con algunos picos preocupantes que dejaron a varios distritos al borde del agotamiento de sus sistemas sanitarios.
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Los datos son del diputado correntino Martín Barrionuevo, un contador que viene llevando un registro exhaustivo del desarrollo de la pandemia del coronavirus en el país, al punto que es utilizado de fuente por muchos especialistas que asesoran al Presidente y divulgadores mediáticos. Incluso el gobernador Axel Kicillof lo citó durante la última conferencia de extensión de la cuarentena.
Según los números de Barrionuevo, si los 100 distritos que componen el interior provincial contaran como una provincia, se ubicarían en el 10° lugar del ranking nacional de casos cada 100.000 mil habitantes, con una tasa que pasó de 28,3 a 76,1 en 30 días.
¿Cómo pasó el interior bonaerense de ser un lugar relativamente “a salvo” de la pandemia a convertirse en un objeto de preocupación para el Gobierno? Especialistas e intendentes consultados por DIB parecen coincidir en un punto: hubo un “relajamiento” en las medidas de cuidado, provocado en buena parte por la ausencia casi total de casos en algunos distritos. “Hasta ahora, acá no había pandemia, la mirábamos por la tele”, aseguró un alcalde que hoy dice, en criollo, estar “al horno con papas”.
En muchos distritos, la investigación epidemiológica llega al mismo lugar: una fiesta clandestina, partidos de fútbol, encuentros familiares con más de 10 personas y salidas al aire libre sin barbijo. “El panorama es bastante extendido en todo el interior del país. Se pasó a DISPO (Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio) y no están pudiendo parar los focos que se generan”, señaló a DIB el físico Jorge Aliaga, integrante del comité de asesores de la Provincia.
Para el especialista, “sólo podés estar en DISPO si tenés un sistema muy bueno de detección inmediata de contagios y aislamiento de sospechosos y casi nadie tiene eso”. El bioinformático Rodrigo Quiroga, quien también participa del comité de asesores bonaerense, coincide con esa mirada: “A partir de la primera semana de julio se empezó a ver este fenómeno: subían mucho los casos, de una manera que nunca lo habían hecho en un montón de provincias. Esto coincide una semana después de que se pasó al DISPO”.
Para Quiroga, “toda medida de relajación genera un efecto de menos cuidado: es inevitable cuando uno da la sensación de que la situación está controlada”. El especialista cree que esta situación hizo que la llegada de los primeros casos “agarró mucho más desprevenida a las ciudades, por lo que el contagio fue mucho más veloz”.
Aumento exponencial de casos:
En las últimas semanas, algunos distritos del interior bonaerense comenzaron a ser noticia por la gran cantidad de casos detectados en muy pocos días. Según los cálculos de Barrionuevo, la tasa de duplicación de actualmente es de 17 días: un número que, si se siguiera el sistema de fases de administración del aislamiento del Gobierno nacional, ubicaría a esos distritos en la fase 3.
Uno de los más paradigmáticos es Bragado: pasó de 26 a 435 casos en un mes. En diálogo con DIB, el intendente local Vicente Gatica apuntó a la apertura de actividades y el “relajamiento” que hubo mientras el distrito estuvo en fase 4 y 5 (hoy está en la 3). “Nosotros tratamos por todos los medios de concientizar que es lo que debemos hacer para que la gente no tenga reuniones sociales, y eso es muy difícil de lograr porque forma parte de una responsabilidad individual”, indicó.
Fuente: DIB
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