Volver a Chacabuquero.
El jurado estuvo integrado por Carla Pederzoli, Juliana Chacón y Marcelo García.
Menciones:
De 19 años en adelante NARRATIVA
Mención: “La bici roja” de Evangelina Dugo
Mención: “Sueño y vigilia” de Franco Schiavoni
Mención: “Frío de perros” de German Hilbert
Mención: “Testimonio” de Susana Perez Azurmendi
Mención: “Alicia” de Facundo Montiel
Mención: “La sombra del Álamo” de Claudia Exner
Mención: “El naranjazo” de Pablo Panunzio
De 19 años en adelante POESÍA
Mención: “Que hasta ahora es el dolor del mundo” de Andrea Ventimiglia
De 15 a 18 años NARRATIVA
Mención: “Quien hable primero” de Juan Tomas Ruarte
Menos de 14 años NARRATIVA
Mención: “EL pozo” de Luana Pascucci
“La bici roja”
Este breve relato propone un juego metafórico a partir de un objeto. La perspectiva narrativa pasa del objeto a la historia de los acontecimientos que llevan a su pérdida. Enhebra la recuperación de la memoria infantil a partir de un presente inhóspito, la falta de sentido y la pérdida del lenguaje, único capaz de decir la falta.
“Sueño y vigilia”
El cuento consigue el efecto propuesto desde el título, recurriendo a imágenes y sensaciones que cambian abruptamente de intensidad y tiempo. Sin abrumar con información innecesaria, sabe evocarnos una de las espinas más dolorosas de nuestra historia reciente y remontarnos a su escenario.
“Frío de perros”
La forma en que construye la ficción es original y creativa, así también el tema elegido. Buen uso de simbolismos a lo largo del cuento para generar los sentidos.
“Testimonio”
Buen relato costumbrista del pueblo. En esta narración, la literatura dialoga con la historia local y nacional (última dictadura cívico militar) y hace mención a un hecho puntual poco conocido en la historia de la ciudad interpelando a la sociedad.
“Alicia”
Narración muy bien elaborada, breve, concisa y contundente en el efecto buscado. Mantiene la calidad en todo el texto, así como el interés del lector. Muy buen uso de la focalización interna.
“La sombra del Álamo”
Una liviana historia de amor adolescente con el ícono de la obra de Conti como testigo. Logra en una prosa sin demasiados ornamentos, anillar el costumbrismo pueblerino con un telón de fondo de actuales perseguidos políticos.
“El naranjazo”
La narración condensa tiempo, espacio y acción en un clima expectante recurriendo a objetos y situaciones sencillas. Emociones burladas en una prosa que no le sobra ni falta nada.
“Que hasta ahora es el dolor del mundo”
En este poema el lenguaje se rompe, se quiebra en su utilidad comunicativa, para transformarse en la posibilidad poética de nombrar lo que no se puede: el anclaje del sentido, los postulados masculinos y femeninos en el lenguaje, el encierro durante la cuarentena, la imposibilidad de la libertad. Libertad que sólo puede recuperarse en el decir poético.
“Quien hable primero”
Ante la pregunta cómo se dice la imposibilidad del lenguaje, el relato va construyéndose en una relación de desencuentro entre el protagonista y su padre. Una historia que expone la rispidez de los lazos paternales y la búsqueda muchas veces infructuosa del encuentro.
“El pozo”
En este relato fantástico se pone en crisis la concepción normativa del amor para instaurar la pregunta que va un poco más allá en un intento por nombrar los vínculos amorosos, entrama la vida y la muerte, la pérdida y la posesión.
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