sábado, 14 de marzo de 2020

"Lunes negro, coronavirus, deuda: la culpa es del capitalismo"

Nota pedida.


Una disputa por la producción de petróleo y el precio del barril del crudo entre Arabia Saudita y Rusia. Una infección del virus Covid-19 surgida en China y que se expande rápidamente por el mundo. Dos hechos muy distantes entre sí pero que según la prensa hegemónica son los responsables de la estrepitosa caída de los mercados del pasado "lunes negro".



Volver a Chacabuquero.

El lunes 9/3 cayeron las bolsas mundiales en promedio un 10% (índices similares se dieron durante la crisis de 2008). La economía mundial está al borde de la recesión. El precio del barril de crudo decayó en un 30% (solo comparable con la caída durante la guerra del Golfo, 1991). La infección del virus chino género un parate de importaciones y exportaciones del gigante asiático, al punto de Hyundai de Corea del Sur tuvo que detener su producción de automóviles.
La realidad es que la globalización ha sido sustituida por un escenario de guerra comercial -y agreguemos de guerra monetaria- que ha llevado a una creciente fractura y dislocación del comercio y de la producción mundial. Por lo pronto, la paralización de la actividad se está haciendo sentir en todos los planos: la producción, el comercio, los servicios, el turismo, el transporte, la industria del entretenimiento y espectáculos, incluido el deportivo, que han debido retraer su funcionamiento o directamente suspenderlo. Pero no son el virus ni la caída del petróleo los responsables de la crisis. Son los síntomas. El problema profundo radica en el colapso del sistema capitalista en su etapa de final: el imperialismo en descomposición. Por eso los ataques de todos los gobiernos a los regímenes laborales, a los previsionales. Buscan descargar su crisis sobre las espaldas de los trabajadores.

Argentina

En los países periféricos el efecto será mucho peor que en las potencias. Nuestro país se encuentra en un cuadro de fragilidad total. La economía argentina hace 8 años que decrece. La grave crisis de deuda histórica nos lleva desde 1825, pasando por la dictadura al endeudamiento de Menem, De La Rua, el kirchnerismo en su último período, sumado al negociado de Macri y sus amigos. Estos ciclos demuestran como la deuda externa es solo un mecanismo de confiscación y sometimiento de los pueblos. Ejemplo de ello es el préstamo del FMI por 44 mil millones de dólares en la era cambiemita, que fue un salvavidas de plomo y solo sirvió para fugar capitales y negociados jugosos.
El gobierno de Alberto Fernández se encuentra paralizado y subordinado al FMI. Lejos quedó la promesa de pagar la deuda priorizando a las grandes mayorías. Sus primeras medidas de peso fueron: congelar la movilidad jubilatoria (continuando con la condena de millones de jubilados a salarios de miseria), anular las clausulas gatillos de las paritarias, acuerdos salariales de hambre para los docentes (generando una verdadera rebelión en varias provincias).
No puede negarse que la renegociación es imposible, el gran capital exigirá más y más ajuste, pero aun así nunca alcanzarán los fondos para pagar. Los "pagadores seriales" enfrentan una situación totalmente contraria a la del 2003 - 2005.
Este contexto golpea duro al gobierno de AF que intenta resolver el tema de la deuda y después empezar a resolver los problemas de la ciudadanía. Un ejemplo es que no hay presupuesto 2020 y no lo habrá hasta la renegociación (corre el de 2019 de Macri, por lo tanto, de ajuste total). Los intentos de renegociación han fracasado estrepitosamente: Kicillof con el BP21 tuvo que pagar el 100% de capital e intereses a pesar de haberse hecho el valiente días antes, para luego robarles una parte del aumento a los docentes. Lo mismo pasó con la renegociación del bono Dual a nivel nacional que quedó desierta. La caída del lunes negro generó que los bonos argentinos reduzcan su valor al 30%, precio muy apetecible para los fondos buitres y más aún si tenemos en cuenta que el gobierno de Fernández estableció que los tribunales para tratar los posibles litigios de la deuda sean en Nueva York. El riego país asciende a 3200 puntos, solo comparable con el 2001. La contracción de China hace que bajen los precios de los comodities: soja, petróleo (Alberto había prometido una economía extractivista y que desde ahí saldrían los dólares para pagarle a los bonistas y al Fondo). La pregunta es: ¿Cómo va a pagar si los precios de las materias primas siguen bajando? La respuesta, para nosotros, es obvia: más profundización del ajuste a los trabajadores.

La salida

Para resumir, el nuevo contexto hace que la deuda sea más que impagable. Desde el Partido Obrero en el FIT-U planteamos que la única salida posible es el no pago de la deuda. La ruptura con el FMI. Pero tiene que ser a través de un plan integral:
Nacionalización de los hidrocarburos, los bancos y la minería bajo control de los trabajadores // Monopolio estatal del comercio exterior // Volcar todos los recursos necesarios para afrontar el dengue y el coronavirus bajo el control de comisiones electas de profesionales de la salud en todo el sistema sanitario –público, privado y de obras sociales– y de los trabajadores en los lugares de producción // Licencias pagas a los trabajadores en riesgo a cargo de las patronales // Devolución del dinero confiscado a las obras sociales. Apertura de sus libros a comisiones electas por los trabajadores // Plan de obras públicas y viviendas bajo gestión obrera. Tope del 20% del ingreso familiar en los créditos hipotecarios // Devolución de la movilidad jubilatoria, paritarias libres, salario equivalente a la canasta familiar. Sí a las cláusulas gatillo // Salario mínimo de $40.000 // 82% móvil // Apertura de los planes sociales a los desocupados // Directorios en Anses y Pami electos por jubilados y trabajadores // Que la CGT y las CTAs rompan con el gobierno y convoquen asambleas en todo el movimiento obrero. Ningún pacto social // Por un plan económico resuelto en un Congreso de Trabajadores Ocupados y Desocupados electos por las Bases.
Esto solo podrá lograrse con la intervención de la clase obrera, con movilización por las reivindicaciones más inmediatas, pero uniendo las luchas hacia un objetivo claro: un gobierno obrero y socialista.

No al pago de la deuda.
Fuera el FMI.
Que la crisis la paguen los capitalistas.
Por un gobierno de los trabajadores.

Firma: Enrique Chilano, Partido Obrero

1 comentario:

Nelson dijo...

Anda a laburar chilano... ya se te va a terminar el curro