sábado, 14 de marzo de 2020

Coronavirus: Mensaje del obispo para sacerdotes y fieles católicos

Comunicado.


Qué frágiles somos cada uno de nosotros y qué frágil es el mundo. Lo sabemos, pero en
un tiempo como el que nos toca vivir, en pocos días, todos tomamos mayor conciencia de lo pequeños y necesitados que somos.
Simultáneamente, qué buena noticia es que el mundo extreme los cuidados y se organice para dar batalla a la enfermedad que nos afecta por el nuevo Coronavirus (COVID-19).



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Dios quiera que todo lo que estamos viviendo, nos ayude a abrir los ojos y el corazón para descubrir que juntos, fraternalmente unidos, podemos luchar contra otros tantos males que nos aquejan y son comunes a todo el mundo.
En la fragilidad, en la dificultad, estamos llamados a cuidarnos con inmenso respeto.
Cuidar significa poner máxima atención en el otro y protegerlo, resguardarlo, con prontitud, rapidez, en fin, cuidar es una forma muy elevada de respeto al otro.
Los discípulos del Señor sabemos que el Amor es nuestra identidad. Estos son tiempos para vivir un amor bien concreto hacia el otro. Es la mejor práctica cuaresmal, estar muy atentos a los otros y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esta enfermedad no se propague.
Por lo tanto, con ocasión de esta pandemia, producida por el Coronavirus (COVID-19), establezco lo siguiente:
1. Que se eleven oraciones a Dios y a la Virgen, Nuestra Señora de la Merced, para que en poco tiempo, podamos superar juntos esta enfermedad. Y recemos especialmente por los enfermos y sus familiares.

2. Los párrocos, son los responsables de tomar las medidas necesarias para el cuidado sanitario de todos los que asisten a sus templos. Le pido a los fieles que sepan acatar las indicaciones, priorizando el bien común por el cuidado de todos, en especial de los grupos de riesgo.
Que en el caso de alguna persona enferma, los párrocos procuren como crean conveniente, ofrecer alguna asistencia espiritual a ellos y a sus familias.

3. Cada Municipio va decretando cómo suministrar la Sanidad de su población. Les pido acatar de buen grado lo que la autoridad competente va determinando, en
especial, a lo que hace al número de personas que es recomendable se concentren. Les pido a las parroquias que prevean voluntarios que ayuden al cumplimiento de esas normas.

4. Teniendo en cuenta entonces que no será posible superar ese número, para que nadie sufra problemas de conciencia, dispenso a los fieles del cumplimiento del precepto dominical hasta nuevo aviso. A los fieles que consideren oportuno quedarse en sus casas, les pido que procuren celebrar la Eucaristía dominical por medio de la televisión y/o la radio.
En la medida de sus posibilidades, que participen de alguna celebración Eucarística de lunes a viernes, donde generalmente concurren menos personas.
Recomiendo que los mayores de 65 años, por el momento, no asistan a ninguna celebración y permanezcan en sus casas para preservar su salud.

5. Las personas que presentan algún síntoma de la enfermedad o están en contacto con personas afectadas, no deben concurrir a las celebraciones litúrgicas y/o a reuniones.

6. La distribución de la comunión será solamente en la mano. Entiendo que a algunos fieles les resulte un esfuerzo, pero es responsabilidad de todos nosotros evitar la propagación del virus. Sabemos que la principal vía de contagio es por medio de minúsculas gotas de saliva, por lo tanto, la distribución de la comunión en la boca,
aún con recaudos, no elimina la posibilidad de contagio y que el virus se propague
de fiel a fiel, incluido al propio ministro.

7. Que los ministros procuren lavarse muy bien las manos, antes y después de la d distribuciónde la comunión. Que en las credencias se provea alcohol en gel para
una mejor higienización.

8. En cuanto a la práctica ritual del saludo de la Paz, pido omitirlo. El próximo martes 17 tendremos reunión de Consejo Presbiteral, allí analizaremos nuevas medidas, en especial a lo que se refiere a las celebraciones pascuales.

¡Recemos queridas hermanas y hermanos!
No nos cansemos de rezarle al Padre de todos y a nuestra Patrona, Nuestra Señora de las Mercedes y a nuestra Virgencita de Luján.

Firma: Jorge Eduardo Scheining, obispo de Mercedes Luján

1 comentario:

Juan Cana dijo...

Señor Obispo, con todo respeto solicito que proteja y defienda a los más vulnerables, débiles.
Mi hijo sufre bulliyng en un colegio católico y a usted se lo hicieron saber y hasta el momento no hizo absolutamente nada, creo que él también se merece que lo proteja.
Lo saludo con mucho afecto.
Carlos.