Como buenos argentinos que somos hacemos gala de aquello que debería avergonzarnos, como dice el refrán muy autóctono por cierto "lo atamos con alambre"
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Así vivimos y convivimos, las cosas no se arreglan nunca o se arreglan mal, hasta que otro infortunado pague las consecuencias ¿Y hasta cuándo señores? Parece que acá la vida no vale mucho, siempre que el que la sufra sea el otro y no uno por cierto. El paso a nivel de la vía en la ruta 7 km 212 es un ejemplo de esto.
Cuando llega la noche la oscuridad convierte a esa zona en una verdadera trampa humana, donde siempre algún infortunado paga un altísimo costo por pasar por ahí. En la negrura de la noche las colisiones se dan con una frecuencia indeseada. Como en los viejos tiempos no hay iluminación en ese peligroso lugar y tal vez nunca la haya.
Firma: Roberto Ramírez
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