Un peligro.
El estado en que se encuentra la antigua locomotora de la Estación de Trenes de la ciudad la convierte en un peligro antes que una atracción o un monumento.
El paso del tiempo ha calado profundamente en la estructura metálica. Por ejemplo, en la cabina ya no hay piso.
A esto hay que sumarle que no hay una valla o un cerco que evite que los niños puedan trepar a la máquina.
A quien corresponda, sería bueno que se encargue de reparar este testimonio de la historia de Chacabuco.
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