El presidente del Concejo Deliberante, Jorge Muela, decidió levantar la sesión de la noche de este miércoles, luego de un entredicho sobre la licencia de la ex subsecretaria de Cultura, Ana Lía De Salvo, y la legalidad de la banca de Alberto Limia. El movimiento tuvo como consecuencia, que no pudieron ingresar el presupuesto 2017, el cálculo de recursos y la ordenanza impositiva, algo que necesita el gobierno de Víctor Aiola de manera urgente. Además, no se aprobó la ordenanza sobre prohibición de pirotecnia y otra sobre uso de agroquímicos.
Momentos de tensión se vivieron en el Concejo Deliberante luego de que la oposición advirtiera que Alberto Limia no podía ocupar su banca porque Ana Lía De Salvo no había presentado una licencia, como corresponde según el reglamento. Al parecido ocurrió en la sesión pasada con Arturo Martín, de Cambiemos, pero ese caso fue salvado días más tarde.
El voto de Limia es de vital importancia para al oficialismo, porque es la llave para que Muela pueda destrabar los empates con la oposición, dado que en el recinto hay paridad entre ambos sectores.
En un primero momento, Muela autorizó un cuarto intermedio para analizar la situación. Públicamente, había admitido que la oposición tenía razón. Se barajó la posibilidad de llamar de urgencia a De Salvo para que ocupara la banca que no podía usar Limia o que firmara in situ, la nueva licencia.
Según la oposición, el motivo de la licencia de De Salvo había cesado cuando renunció al cargo en el Ejecutivo. En verdad, la ex secretaria de Cultura debía ocupar una banca que le correspondía a Maximiliano Felice, pero este también tiene licencia por ocupar un cargo en el gobierno de Aiola.
La oposición, en este caso, también pedía la renuncia firmada por el intendente, de De Salvo.
El segundo movimiento de Muela fue tomar la licencia que presentó en diciembre de 2015 De Salvo ante el entonces presidente Claudio Geloso, y decir que tenía validez porque era por tiempo indeterminado.
Al auxilio del presidente salió la concejal de Cambiemos, Graciela Rodríguez, diciendo que pedían que se levantara la sesión porque ellos querían que Limia pudiera votar en representación del GEN.
Fue así como Muela dijo que se levantaba la sesión y todos los presentes vieron como los ediles de Cambiemos abandonaban el recinto. Lo curioso, es que Limia se quedó en la banca.
El impacto inmediato de la movida de Cambiemos es que no pudo ingresar el presupuesto 2017 y la ordenanza impositiva. Peligra su tratamiento en la próxima sesión, que sería la semana que viene, porque la oposición podría no dar quorum.
Por otro lado, no se pudieron llevar a cabo tres bancas abiertas que habían sido otorgadas.
Y en el caso de la pirotecnia, la aprobación se volvió a postergar una semana más.
En cuanto a la ordenanza de agroquímicos, el problema es que el dictamen fue firmado por Limia, que por todo lo anteriormente comentado, no tendría autoridad para hacerlo. Si se aprobaba, se corría el riesgo de que alguien buscara declararla ilegal ante la Justicia. Es más, los proyectos que presentó, deberían haberse tomado como aportes de vecinos y no como algo realizado por un bloque.
Esta es la segunda vez que le ocurre lo mismo a Cambiemos en el Concejo Deliberante en un plazo de 15 días. No se sabe si es por inexperiencia o falta de comunicación con el Ejecutivo.
Lo cierto es que la sesión no fue televisada por el Canal Municipal ni estuvo el noticiero de Cablevisión presente.
Se vivieron discusiones entre concejales oficialistas y opositores. Y Muela se mostró muy ofuscado.
Se viene un fin de semana largo de cuatro días, en los que el oficialismo tendrá la oportunidad de analizar la situación y ver cómo sigue adelante.
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