A continuación, el texto completo, que ya ha sido compartido por quienes lo conocieron en la ciudad:
Gran entusiasta de la arquitectura, profesión que abrazó con compromiso y un profundo sentido social; militante aguerrido y de sólida formación, siempre dentro del peronismo local; reconocido por su generosidad, su espíritu sensible, y su empatía hacia cualquiera que necesitara de una mano amiga, falleció, a los 57 años, Luis Cañeque.
Había nacido en San Rafael, Mendoza, el 25 de septiembre de 1958. Segundo hijo de Enrique y Elba Gatica, por la labor itinerante de su padre, que desempeñó diferentes funciones para bodegas de la región de Cuyo, creció, junto a sus hermanos Horacio y Adriana, en distintas ciudades. Así, después de haber pasado parte de su primera infancia en Castelar - provincia de Buenos Aires - repartió la educación primaria entre Córdoba capital y Chacabuco. Fue en el distrito bonaerense - donde completó la formación secundaria y conoció a gran parte de los amigos que mantuvo para toda la vida -, que se le despertaron sus dos grandes vocaciones: la arquitectura y la política.
Luego de cumplir con dos rigurosos años en el servicio militar, ingresó a la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata. Inquieto, apasionado por todo aquello que emprendía, mientras avanzaba en la carrera retomó la militancia iniciada en Chacabuco; participó activamente de la política estudiantil y rearmó, junto a otros compañeros de estudio, a principios de los ´80, la Juventud Universitaria Peronista - JUP -.
De la misma manera que encaró todos sus proyectos - profesionales y personales -, vivió intensamente su afinidad con el peronismo. Integró diversas agrupaciones representativas de esa fuerza y acompañó, en todas las circunstancias, con una fuerte convicción, la realidad nacional.
Especializado en la arquitectura hospitalaria, Cañeque participó en numerosas obras. Además de centros de salud, como los que proyectó en Junín y en otras ciudades de la Provincia, integró equipos de trabajo para levantar complejos de viviendas y cárceles. Tuvo diversas responsabilidades en el ministerio de Obras Públicas bonaerense; la Municipalidad de La Plata - concretamente, en la República de los Niños -; y la cartera de Salud provincial.
En los últimos años despuntó el gusto por lo que consideraba una asignatura pendiente, la docencia, y dictó clases para la tecnicatura de Acondicionamiento Ambiental, perteneciente a la Universidad de Lanús, en San Antonio de Areco, ciudad a la que viajaba una vez por semana.
Estuvo casado con Estela Cerati y de esa unión nacieron Valentina y Julián. Luego - y hasta el final de sus días -, compartió la vida con Paula Hebrard, madre de Mariano y Melina, a quienes Luis cuidó y quiso como hijos propios. Fue un padre amoroso y buen consejero, y la familia fue su principal motor vital.
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