La información es siempre prevención.
El hecho delictivo que antecedió al asalto a la familia de Aldo Nicola bien pudo haber servido de muestra para que los vecinos estuvieran al tanto de que existen ladrones dispuestos a cometer ilícitos con mucha programación, sigilo, y armas de fuego.
El 21 de enero a las 21.45 Mario García y su señora esposa fueron asaltados por dos sujetos enmascarados, armados y con datos precisos. El productor rural estaba cenando en su casa de acceso Hipólito Yrigoyen e Insiarte cuando los ladrones ingresaron al lugar sin hacer ruido.
Ante las altas temperaturas de la noche, y la obvia ignorancia de que en Chacabuco hay sujetos peligrosos, el vecino tenía todas las puertas abiertas. El lugar parecía seguro. Está ubicado frente a un concurrido supermercado que había cerrado sus puertas hacía 15 minutos y también a la vera de un acceso sumamente transitado.
Los sujetos golpearon y ataron a la pareja, pidiendo dinero en efectivo. Revolvieron toda la casa. Se fueron sin que las víctimas se dieran cuenta, con una importante suma, y un equipo de GPS. Los García se desataron como pudieron y dieron aviso a la policía.
Pero este no era el primer de estas características que se había dado en la misma zona. Días antes había sido asaltada otra familia en la zona de la planta de Torres Americanas. En este caso los ladrones se llevaron dinero y un arma de fuego. Este hecho tampoco se divulgó.
Con el conocimiento de los robos calificados una población puede estar resguardada, y exigir seguridad a sus autoridades. De lo contrario, ocurre como sucedió en Chacabuco. A un mes y 20 días de haber asumido, la gestión municipal se dio cuenta de que tenía que hacer algo.
Nota anterior: #Frases para comenzar el día: #Cuidado
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