Martín Espíndola está terminando de grabar un disco con la producción de su pareja, Irupé Tarragó Ros, quien no es más ni menos que la hija de Antonio, conocido chamamecero.
Ambos viajaron desde La Plata en los últimos días en la ciudad, para recibir al año nuevo junto a la familia de Espíndola.
Los dos son artesanos, por lo que aprovecharon el fin de semana largo para ofrecer sus creaciones en los puestos municipales que están ubicados en la primera cuadra de la avenida Alsina.
“Martín Espíndola y los hongos sagrados”, es el grupo de conjunto que lidera el músico chacabuquense. El nuevo disco se llama Aldea y está conformado por canciones con ritmo ríoplatense según lo explicado.
Irupé Tarragó Ros es una reconocida música que ya ha editado tres discos y recibió varios premios, entre los que están el Carlos Gardel.
En tiempos en los que la música se ha digitalizado y el mercado depende de Internet, Martín e Irupé siguen apostando por los discos compactos.
“Yo los prefiero porque los puedo vender durante los shows”, dijo Martín.
“La gente pide el disco. No está tan muerto”, opinó Irupé, y agregó, “hay gente que prefiere lo original”.
Luego de que finalicen “Aldea”, Martín va a producir el disco de Irupé. En carpeta también está un disco hecho a dúo.
También pintan cuadros juntos.
En lo que hace al futuro inmediato, Martín comentó que “la idea es participar en el próximo Festival Provincial de Tango y Folclore”. Por esta razón, ya están haciendo los contactos necesarios.
Por otro lado, el sueño de la pareja es venir a vivir a Chacabuco.
Quieren vivir en una casa de campo donde puedan criar animales sueltos.
A ambos le gustaría tener muchos pavos reales que pudieran desplegar su plumaje en la plena libertad de la zona rural.
(Nota realizada por Cristian Otegui publicada en la edición del diario De Hoy del lunes 4 de enero de 2016)
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