Un hombre llamado Raúl Francisco Bergaglio envió una nota al Concejo Deliberante solicitando que emita una resolución que ayude a que sea reconocido oficialmente como víctima de la última dictadura militar, en enero de 1977.
Bergaglio dijo estar tramitando una pensión graciable y dejó por escrito las situaciones que se tocó vivir luego de que la policía y el Ejército lo detuvieran junto a otros dos vecinos, por integrar un grupo de teatro.
Comentó que había estado detenido alrededor de 20 días en una cárcel de Junín que por entonces no había sido inaugurada. Allí fue sometido a distintas torturas psicológicas y físicas, como el uso de la picana eléctrica.
Luego fue liberado sin explicación.
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