Se cumple un nuevo aniversario del Crucero General Belgrano, en el marco de la guerra de Malvinas. En el ataque perpetrado por las fuerzas armadas de Gran Bretaña fallecieron 323 argentinos, entre los que estaban Rubén Darío Caticha y Roberto Díaz, jóvenes de Chacabuco.
Así informaba la Cancillería el hundimiento:
“Alevoso acto de agresión armada”En nombre del Gobierno, la Cancillería dio ayer, a las 21.45, el siguiente comunicado sobre el ataque británico al crucero argentino General Belgrano: “El Gobierno de la República Argentina, ampliando lo informado por el Estado Mayor Conjunto en su comunicado Nº 15, hace saber:
”1) Que a las 17 horas del 2 de mayo el crucero ARA General Belgrano fue atacado y hundido por un submarino británico en el punto situado a los 55º 24’ de latitud Sur y 61º32’ de longitud Oeste. La dotación del buque es de 1042 hombres. Se están llevando a cabo operaciones de rescate de sobrevivientes.
”2) Que dicho punto está situado a 36 millas fuera de la zona de exclusión marítima fijada por el gobierno de Gran Bretaña en la declaración de su Ministerio de Defensa del 28 de abril de 1982, ratificando lo dispuesto el 12 de abril de 1982. Esa zona está demarcada por un “círculo con radio de 200 millas náuticas a partir de los 51º40´ de latitud Sur y 59º30´ de longitud Oeste, según reza la declaración.
Violación ”3) Que tal ataque constituye un alevoso acto de agresión armada perpetrado por el gobierno de Gran Bretaña en abierta violación de la Carta de las Naciones Unidas y del cese de hostilidades ordenado por la Resolución 502 del Consejo de Seguridad de la ONU.
”4) Que, ante esta nueva agresión, la República Argentina reitera ante la opinión pública nacional y mundial su acatamiento al cese de hostilidades dispuesto por el Consejo de Seguridad en la resolución mencionada. Solamente se ha limitado a responder los ataques de Gran Bretaña, sin emplear la fuerza más allá de lo estrictamente necesario para asegurar la defensa de sus territorios”. (El historiador)
Sobre el barco viajaba otro vecino de Chacabuco, Carlos Daluisio, apodado Serrucho, quien sobrevivió y hasta protagonizó un acto heroico al rescatar a varios compañeros. Entre estos estuvo Santiago Belozo, quien describió su sentimiento a través de una carta que terminó convirtiéndose en la base de una columna de opinión del periodista Alfredo Leuco:
Santiago solo sabe que a Serrucho le decían Serrucho. Y que era del interior. Nada más. No sabe otro dato pero le gustaría encontrarlo para darle un abrazo y decirle:”gracias, hermano”.Belozo y Daluisio se reencontraron en el desfile del 25 de mayo de 2012 en Chacabuco.
¿Se imaginan ustedes esa situación terrible? Las olas de diez metros de alto, la tormenta criminal, el humo blanco y el fuego del crucero. El olor y el horror de la muerte. Santiago primero fue un eslabón de la cadena humana que se hizo para ayudar a los heridos y a los que tenían el cuerpo bañado de quemaduras de petróleo ardiente. Sin pánico y en orden. Pero con la angustia rebotando en la panza, los vómitos y el llanto, la lucha por vivir. Cuando llegó la orden de abandonar el barco, Santiago se tiró arriba del techo de la balsa. Pero tuvo tanta mala suerte que justo una ola gigante reventó la balsa contra los hierros retorcidos de lo que quedaba del Belgrano.
El teniente Damico y Santiago cayeron al agua y juntos nadaron como pudieron a otra balsa. Dicen los médicos que ningún ser humano podía aguantar más de 5 minutos en ese hielo líquido. Estaban agotados, sin un gramo de energía para subir. Y allí fue cuando apareció la milagrosa mano de Serrucho como si fuera la mano de Dios. Y aún a riesgo de su propia vida, Serrucho lo subió a bordo.
La balsa estaba preparada para 20 personas pero aguantó bien a 32. Lo primero que vieron fue hundirse aguas adentro y para siempre las 9 mil toneladas del Crucero General Belgrano. Se hundió lentamente, y ese fue el último servicio que les prestó esa nave que tanto querían. El gran temor era que se fuera a pique de golpe. Hubiese generado un vacío tan inmenso que se podría haber tragado las balsas que estaban cerca. (La vida es una balsa, Alfredo Leuco)
Otro de los sobrevivientes se llama Pedro Correa, y actualmente vive en Rawson, si bien nació en Carmen de Areco.
En la tarde de este lunes, a las 16.30, en la plaza General Belgrano se llevará a cabo el homenaje a las víctimas del hundimiento, junto a familiares de Caticha y Díaz.
Nota anterior: Farmacia de turno y clima para este lunes.
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