Una joven denunció discriminación por parte del Municipio porque no cumple con la ley nacional que obliga a la administración pública a tener como empleados el 1 por ciento del total de su planta, a personas trans, travesti, o transexual. Se trata de Pilar Martínez, quien es transexual y se presentó ante la convocatoria que abrió la Municipalidad para cubrir 14 vacantes en el sector de Inspectores de Tránsito.
Ayer, Martínez estuvo en la redacción de “De Hoy”, acompañada por Lara Molina y Esteban Villalba.
La ley en cuestión es la 14.783, y está en vigencia desde principio de año.
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Cabe recordar que en una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante, se aprobó una adhesión a la norma, aunque no fuera necesario, a raíz del caso de Martínez.
“Yo tengo todos los estudios terminados -dijo Martínez-. Presenté el curriculum vitae como ellos me pidieron. Me asesoré con la Defensoría del Pueblo para que se respete la ley y nunca se respetó”.
- ¿Usted piensa que la discriminan por su condición sexual?
- No me queda otra respuesta.
Por su parte, Lara Molina, opinó que “para mí hay una discriminación, porque cuando ella fue a pedir el trabajo el cupo estaba abierto para tránsito, y ocuparon todos los puestos y a ella no la llamaron. Ni siquiera la llamaron para una entrevista”.
Molina, quien también es transexual, recordó que “en el mandato anterior, yo fui a hablar con Marcos (Peralta) que era secretario de Gobierno en su momento, me hizo llevarle dos curriculums vitae. Se los dejé y me dijo que en ese momento no había ningún cupo vacante, pero que me iban a llamar. Pasó más de un año de aquello y se presentó ella, ya con la ley vigente, y pasa lo mismo. Ni siquiera le buscan un lugar o un puesto diciendo que puede estar en un lugar u otro. Tanto ella como yo estamos aptas para hacer un trabajo en la Municipalidad o en cualquier lado. El tema es que se habla del cupo trans, que es el 1 por ciento del total, por lo que tendría que haber 20 puestos. No se van a ocupar todos porque no hay 20 trans, y si los hubiera, tampoco las 20 estarían capacitadas para llevar a cabo todas las tareas. Tendrían que estudiar y todo lo demás”.
Martínez, recordó que como terminó sus estudios en diciembre, tuvo que pedir un certificado a la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia.
“Yo presenté los certificados del secundario terminado, el curriculum, el carnet de conducir y todo lo que ellos me pidieron para Tránsito. Fui a buscar el analítico de mis estudios. Como me recibí en diciembre, me dieron un certificado”.
- ¿Lo de la adhesión a la ley lo pidió la Municipalidad como un requisito?
- Lara Molina: “Cuando una de nosotras va con algún problema, a pedir algo o hablar de algo con la Municipalidad, ellos dicen que está la ley pero no saben como desarrollarla. Se hacen los desentendidos para no abordar el tema. Dan vueltas con eso. Dicen que tienen que ver la ley, analizarla, ver cómo hacerlo. Entonces te dicen que tenés que ir el miércoles, el viernes, el lunes. Había que gente que la maltrataba a Pilar o la trataba mal cuando volvía a preguntar. La empezaron como a menospreciar”.
- ¿Cuándo estuvo en la Municipalidad por última vez?
- Pilar Martínez: “Al analítico lo presenté el 16 de febrero porque recién ahí obtuve el certificado. Era el último papel que me pidieron ellos para completar todos los papeles. Les pregunté por qué no me habían tomado y no supieron responder nada. Me dijeron que ya habían tomado gente y por ahora no había lugar. Que tenía que esperar un sorteo y que se iba a llamar. Tenía que seguir esperando. Pero yo me anoté, presenté los papeles y no se cumplió con el cupo. Es sencillo. Es una situación de discriminación”.
Molina agregó que “En Chacabuco no hay un lugar o una oficina a la que nosotros podamos ir a quejarnos. En Junín, en el Hospital San José está la oficina de diversidad. En Chivilcoy está el consultorio amigable. Acá nadie propone nada. Somos muchas o pocas, pero estar, estamos. Tenemos necesidades como todo el mundo y no hay nadie que proponga algo porque las chicas necesitan cosas. No saben cómo vivimos, si necesitamos, si no necesitamos. Nada. Cuando pasó el tema de los boliches, ellos sabían cuál era la ley de discriminación y todo lo demás pero tuve que esperar 5 años y una resolución del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) para que hicieran algo, y obligaron a los boliches a dejarnos entrar.
- ¿Qué va a hacer ahora Pilar?
- Yo puse un abogado, pero no me resolvió nada porque como no saben como manejar el tema porque es algo muy nuevo para ellos. Así que me comuniqué con al asociación de trans de la Argentina. Tengo que viajar la próxima semana a Buenos Aires para mantener una reunión. También radiqué la denuncia en el INADI.
(Entrevista realizada por Cristian Otegui, publicada en la edición del domingo 6 de marzo de 2016 del diario De Hoy de Chacabuco)
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